El desgaste de las piezas metálicas se puede definir como el deterioro o descomposición gradual del propio metal. Cuando una pieza se deforma tanto que no puede funcionar adecuadamente, debe ser reemplazada o reconstruida. Si bien los resultados finales del desgaste parecen similares, las causas del desgaste son diferentes. Para esto, es esencial comprender los factores de desgaste involucrados antes de elegir una opción de protección contra el desgaste.
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Sería fácil seleccionar una aleación de superficie si todos los componentes metálicos estuvieran sujetos a un solo tipo de desgaste. Sin embargo, el desgaste que experimenta suele ser una combinación de dos o más tipos de desgaste. Esto hace que la decisión de protección contra el desgaste sea más complicada.
 
Se debe elegir una aleación de superficie dura como un compromiso entre cada factor de desgaste. El enfoque inicial debe estar en el factor de desgaste principal y luego en los factores de desgaste secundarios. Por ejemplo, si al examinar una pieza de metal desgastada se determina que el factor de desgaste principal es la abrasión y el factor de desgaste secundario es el impacto ligero, la aleación de superficie elegida debe tener una alta resistencia a la abrasión pero también una buena cantidad de resistencia al impacto.